Por: Alejandra TG - Bogotá, Colombia
Creo que a todas nos ha pasado: perdemos la calma. Así, en un instante, sin avisar y a veces con consecuencias que no hubiéramos querido. Por mi propio bienestar y el de mi familia, he estado buscando formas de tratar de controlar esos momentos en que pierdo la tranquilidad y la calma, para recordar que debo ser paciente, respirar y continuar. Espero que no piensen que soy incontrolable jaja sino que como todas, pierdo la calma, me enojo, me estreso en ocasiones, pero quisiera que esos episodios fueran disminuyendo, para sentir más paz y tranquilidad y que eso sea lo que me vean mis hijos en mí.
Hay un refrán que dice: "Cuando mamá está feliz, todo el mundo está feliz". Entonces cuando mamá está estresada y enojada... el resto de la casa se esconde. Me puse en la tarea de buscar maneras de estar más tranquila y saber controlarme antes de enojarme o estresarme y hoy quiero compartir con ustedes las sugerencias que he encontrado, porque ahora viene lo mejor: ¡practicar estas sugerencias!
1. Tomar un tiempo para mi, todos los días.
Una de las sugerencias que más se repite es tomar un tiempo para mí misma, así sea corto, pero que sea significativo, algo que involucre lo que me guste hacer, cultivar mis propias aficiones y preferencias. Será un tiempo clave para recargar pilas y poder ser una madre más tranquila durante todo el día.
2. Reorganizar el horario para que sea más ágil y menos agotador.
Creo que a veces nos saturamos con muchas actividades al día, queriendo hacer todo cuanto antes y entre más cosas se logren, mejor, pero cuando hay que equilibrar responsabilidades como esposa, madre, ama de casa, profesional, en el llamamiento y en la comunidad, pues se nos puede convertir en algo caótico. Podemos evaluar las actividades diarias y distribuirlas mejor entre la semana para aliviar la carga y sentir que hacemos un trabajo más dedicado y efectivo en cada responsabilidad.
3. Tomar un tiempo fuera para mí, antes que los niños aprieten mis botones de enojo.
Mientras se les da a ellos un tiempo de espera para pensar en sus acciones, un "enfriamiento" personal puede ayudar a enfocar los pensamientos y detener las reacciones inapropiadas a las acciones de los niños. Es bueno apretar el botón "detenerse" en nuestra mente, tomar un pequeño descanso y volver a hablar con los niños al estar más tranquila y lista para comunicar las cosas de manera apropiada. Creo que cada una sabemos lo que nos funciona mejor: contar hasta diez, respirar profundo, salir de la habitación un momento, cantar, bailar, o lo que sea. Entre más practiquemos este escape de vapor, menos nos arriesgaremos a que nuestra olla mental o verbal explote con nefastas consecuencias.
4. Cuidar mi salud.
Cuando se es madre, es fácil sacrificar el sueño, nutrición y ejercicio por culpa de la agenda y la vida familiar. Pero unas pocas horas de sueño, mala alimentación y la falta de ejercicio pueden hacer que el cansancio y el estrés aparezcan, además de tener una tendencia constante a estar gritando. Debemos buscar dormir lo suficiente, alimentarnos bien y hacer ejercicio diariamente, así sean pocos minutos al principio y luego ir aumentando el tiempo, eso nos ayudará a tener una mente más despejada y un cuerpo más activo y sano para nuestras labores.
5. Buscar ayuda a través de amigos, familiares u otras personas.
No somos la mamá ni la mujer perfecta, es una realidad. A veces simplemente contarle nuestras historias cotidianas a alguien más y escuchar que pasa lo mismo a otras madres nos puede hacer sentir mejor acerca de nuestro rol y de nosotras mismas (gracias a aquellas amigas que me ayudan en este aspecto ;) ). Creo que a veces enfrentamos mucha presión porque según muchas personas debemos lograr hacerlo todo, a tiempo y super bien, pero considero que pensar así nos puede llevar muy rápidamente al agotamiento y es mejor pedir ayuda si lo necesitamos, antes de reventar por culpa del agotamiento de pretender ser la madre perfecta. También podemos buscar espacios para compartir con amigos, familiares, actividades en la Iglesia, u otros círculos sociales en los que estemos, para liberar tensión y despejar la mente.
Creo que empezaré a ponerme metas para mejorar en cuanto a esas 5 sugerencias, de seguro harán una diferencia en mí y por ende, en mi familia.
¿Qué sugieren para que seamos mamás más calmadas y tranquilas? Espero sus comentarios, ¡gracias por leer!